Esmeralda: Pesadilla diurna.
Incómodo era poco para como se sentía el ambiente en la habitación. A un lado estaba Isabel mirando con tal odio a Argent que Alice estaba segura que ya había pensado al menos unas veinte formas diferentes de echarlo y ninguna de ellas era amable. Con sus brazos cruzados y su cuerpo tensionado, conociendo a su amiga, solo era cuestión de tiempo para que ella estallara. Alice quería intervenir pero antes miró a Argente, encontrando que había la misma hostilidad de su parte, lo que la hizo dudar. ¿Con qué derecho estaba enojado? Por algún motivo Alice sabía exactamente qué era lo que pensaba Argent. Por otra parte, Isabel era difícil de leer, aun cuando la había leído desde el momento que la conoció. Ahora parecía ser una persona totalmente diferente a lo que recordaba. Sus padres llegaron en ese momento y no le dieron tiempo a Alice para reaccionar. Su madre comenzó a hablar de inmediato y de muchas cosas. Por entre los dos pudo ver cómo Argent salía de la habitación con cara de irritac